• CUANDO LA VERDAD ESTÁ EN LO FALSO

    OFFICIEL

    Spain Media Magazines

    Diciembre 2015

    Alberto coloca a Denis en la cabeza de Mame. Con unos suaves y decididos gestos le atusa la melena y se separa unos centímetros para observarlas mejor. A las dos. Mame ladea el rostro y hace un imperceptible gesto con la nariz y el labio superior se le hincha un poco. Cinco segundos y sonríe. Alberto sonríe. Denis no sonríe porque es un manojo de pelo sintético color rosa pálido. Antes que Denis, han pasado Layla, China Doll, Leslie y Carmen por la cabeza de Mame. La primera de naranja rabioso. De corte recto, fibra de kanekalon y flequillo abundante, las otras tres. Pero ninguna de ellas es Denis. Con Denis Mame se siente rara pero divina y ligeramente cachonda. Y aunque ella no lo tenga muy claro, es precisamente eso lo que la ha llevado hasta la tienda de la calle Hortaleza. A arriesgarse a ser otra. Alberto envuelve a Denis con delicadeza en una preciosa redecilla negra y le cobra sesenta euros.

    Melissa ha recibido un paquete de etsy.com que llega de Vermont. Es un paquete pequeño, súper bien envuelto, que hace días esperaba. Contiene las pestañas postizas más alucinantes que hay en la capa de la tierra. Unas extensiones de quince centímetros que flotan porque son plumas de pavo real y que le alargan el rabillo del ojo y le hace parecer una Liza Minelli dibujada. Aún no tiene idea de qué sensación tendrá al parpadear, ni si será capaz de ponérselas, aunque la diseñadora se ha esmerado en dejar bien claras las instrucciones. Melissa abre el paquete y sólo le importa que llegue el viernes por la noche para sentarse en la barra de un bar con su nuevo tocado óptico.

    Mi tía Maite dio por terminado el luto por la pérdida de mi tío y se compró unas lentillas verde ciencia ficción que le daban un aspecto un poco inquietante. Estaba tan excitada con su nueva mirada que pareció rejuvenecerse de golpe, como si las lentillas llevaran un plug-in con funciones físicas que alisara arrugas. 

    Andy se compró siete pelucas en una elegante tienda de Manhattan. Se encerró dos días con Christopher en su estudio e hicieron unas cuatrocientas fotos. Han pasado muchos años y Christopher sigue hablando del asunto, intentando buscar argumentos a algo que quizá no tiene. Que si el objetivo de la doble sesión no fue hacer un libro –a pesar de que se publicó, Lady Warhol, unas décadas más tarde– que tampoco lo era el travestismo, ni las dragqueens. Que fue una conversación entre dos amigos, una colaboración entre modelo y fotógrafo que no pretendía hablar de Andy. Christopher parece confuso en este último punto.

    Ni Mame ni Melissa deben tener idea de quién es Eugeni d’Ors. Andy Warhol probablemente tampoco. El Noucentisme catalán no cruzó océanos. Pero a principios de siglo pasado este Señor de Barcelona, encorbatado y con bombín, escribió cosas muy profundas sobre la seriedad de lo superficial. Como esta impagable reflexión: “Las miradas escrutadoras pueden atravesar, como una espada, la carne, penetrar dentro de los esqueletos. Pero la verdad no cabe dentro del esqueleto ni tan sólo dentro de la carne... Y por esto muchas veces saben más de las cosas los distraídos que los atentos; y más que las miradas escrutadoras, aquellas suaves que se posan amorosamente sobre la superficie, como una caricia...” “¿Por qué decir verdad a lo de dentro, mentira a lo de fuera? ¿En qué puede ser más verdadero el esqueleto que la carne? Y, si me apuráis, ¿en qué puede ser más verdadera la carne que el vestido?...»

    Mame se revolcó con Denis y su marido e hicieron un trío que recordarán toda su vida. Melissa se ligó a un hip hopero y lo está convenciendo para que se coloque unas fundas para los dientes y entre en esto de la moda grill que ha arrasado en USA, pero que en España se resiste (yo le digo que tampoco hay que forzarlo, cada cultura tiene lo suyo) Mi tía ha descubierto las lentillas con destellos y aunque más calmada, sigue entusiasmada con el invento. Y de Andy y la sesión de Christopher qué puedo decir. Miren las fotos. Observen la mirada, el ligero fruncir de labios, la caída de brazos, las manos entrelazadas y el contraposto que adopta el modelo. Cómo Andy brega con el maquillaje y la peluca, cómo se desnuda por dentro cuando más artificio lleva, mostrándose vulnerable, sutil, torpe a veces. Sincero y bello. Christopher no pretendió nada más que su amigo se sintiera cómodo. Y de allí salió todo. Lady Warhol es más Andy que el mismo Andy.

    Espero que Mame y Melissa y mi tía continúen disfrutando del juego de lo falso. Que sigan contando su verdad para continuar siendo más ellas.